Éste es un testimonio nacido de la fe, brotado del inagotable manantial de la pureza divina del señor... (¿qué señor? la verdad no lo sé, pero digámosle así, Señor...) surgido de los más nobles y bellos pensamientos que jamás un ser humano concibió:
"Desde que participé en la campaña de Israel... mi vida cambió, ya no soy el borrachín desenfrenado que solía ser, ya no le pego a mi hijos ni a mi vieja, ya no apuesto a mi jefa cada vez que juego a las cartas con mis compas, he vuelto a cortarme las uñas de los piés y lo mejor... ahora mis bicitaxis cotizan en la bolsa... amigos... "Deus" me ama!"
Anónimo.
Así es como solía desperdiciar mi vida... siempre lamiendo los chicles pegados de las calles...
Cánten conmigo hermanitos...